Francisco será despedido de forma austera en una ceremonia según lo establedico en el “Ordo Exsequiarum Romani Pontificis”, el documento que regula el rito fúnebre de un Papa, que él mismo modificó en noviembre del año pasado. Como parte de su mensaje, Jorge Bergoglio decidió entonces que el cuerpo descanse en un ataúd simple, en lugar del tradicional hecho de tres tipos de madera, y pidió ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, y no en las grutas del Vaticano.
Los fieles podrán despedirlo en la Basílica de San Pedro y tras su entierro se dará inicio las llamadas "Novendiales", las misas de difuntos celebradas en su honor durante nueve días consecutivos, empezando con la del funeral. Mientras, los cardenales se reunirán para fijar el comienzo del cónclave en busca de un sucesor.
Los cardenales congregados en Santa Marte resolvieron que el funeral del papa Francisco será el próximo sábado 26 de abril, a las 10 de la mañana (5 de la madrugada hora argentina), en la plaza San Pedro del Vaticano.
Al final de la celebración eucarística tendrá lugar la Ultima commendatio y la Valedictio. A continuación, el féretro del Papa será trasladado a la Basílica de San Pedro y de allí a la Basílica de Santa María la Mayor para su inhumación.