Ezequiel Arjona, el biotecnólogo de Rada Tilly que se autodesafía en Australia

A casi un año de su llegada al continente oceánico, el joven oriundo de la localidad chubutense contó su experiencia y planes en el país de los canguros. Considera que Australia se ha vuelto un destino muy popular entre los jóvenes que buscan viajar y trabajar.

Ezequiel es un joven chubutense que obtuvo el título de licenciado en biotecnología egresado en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) en 2023.

Emigrar y empezar de cero en otro país, alejado de la familia, los amigos, todo lo conocido e incluso con otro idioma, implica una decisión que para muchos requiere meses para procesar. Otros pueden tomarla de un minuto, ya que se permiten saltar y que el destino los sorprenda.

Este último es el caso de Ezequiel, un argentino de 27 años oriundo de la localidad de Rada Tilly, quien a poco de haber logrado el título de Licenciado en Biotecnología en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), en junio de 2023, inició los trámites para obtener la visa Working Holiday y poder viajar a Australia. El objetivo de la aventura que buscaba emprender era claro: mejorar su inglés, tomar un descanso de la profesión y desafiarse a sí mismo saliendo de su zona de confort.

Sin título.jpg

“Desde que soy chiquito tenía la ilusión o las ganas de ir afuera para conocer el mundo después de terminar una carrera”, señaló el joven que ya ha viajado a Colombia, Aruba, México, Estados Unidos y Europa.

Según reveló el biotecnólogo, el deseo por viajar se potenció luego de varios viajes en familia a los Estados Unidos, en 2019, 2020 y 2021, donde conoció las ciudades de Miami y Nueva York, entre otros destinos.

Además, era el único que hablaba inglés, por tanto era quien se ocupaba explicar el motivo del viaje en el aeropuerto y realizar el check-in para entrar al hotel. “Contaba con una leve base, pero no era muy buena y tuve el desafío de tener que ir a hablar. Ya en un segundo viaje, con el tema del covid, el vocabulario era nuevo y había que prestar atención a muchas cosas”, agregó.

EMPEZAR EN UN RESTAURANTE

Sobre la elección del continente oceánico como escenario de la aventura, Ezequiel contó que en un principio tenía muchas ganas de viajar a Estados Unidos, pero los trámites eran “un poco más complicados” y no estaba completamente seguro. Pero escuchó sobre la visa Working Holiday de Australia y su novio también le planteó el país como un posible destino para viajar.

“Empezamos a investigar y nos dimos cuenta de que básicamente teníamos todo para ir y no pedían muchos requisitos. Es por eso que surge Australia. Además tenía ganas de salir de Argentina pero buscaba un lugar donde se hable inglés porque quería mejorar el idioma y desafiarme en eso”.

Sin título.jpg

Fue así que en el mes de agosto, ya habiendo obtenido la aprobación de la visa, junto a Max (su novio, quien también realizó el trámite), viajaron a la ciudad de Sydney. Después de tres semanas repartiendo currículums por toda la capital australiana, llegó la primera posibilidad laboral en un restaurante, donde trabajó durante ocho meses.

En febrero de 2024, se trasladaron a la ciudad de Airlie Beach, en el estado de Queensland, donde residen actualmente y realizaron la extensión de la visa que les permite estar un segundo año en el territorio.

Consultado sobre las expectativas de lo que se podía topar del otro lado del mundo, el licenciado explicó que debido a que Australia está muy lejos, no tenía mucha idea de lo que le deparaba el futuro. “Sabía que se hablaba en inglés, que había canguros y que eran los primeros que recibían el año nuevo en el mundo, los fuegos artificiales y sabía de Sydney por Nemo, pero más allá de eso no”, amplió.

EXPERIENCIAS INFRECUENTES

“Cuando llegué a Australia veía mucha seguridad, las personas andaban tranquilas en la calle, se veían madres solas con el carrito de su bebé. Me he olvidado el celular en el parque y me lo han devuelto”, recordó y detalló: “Hay gente que está en una cafetería con la computadora, va al baño, deja la computadora en la mesa, vuelve y sigue con sus cosas”.

“Me pasó que estaba con la mochila que tenía la MacBook y me la olvidé. En un momento digo ‘qué raro, ¿por qué estoy tan cómodo?’ claro, no tenía la mochila que me estaba pesando atrás, volví corriendo y la mochila seguía donde la dejé, nadie la había agarrado. Esas cosas pasan y la verdad que es tremendo, es muy loco”.

También explicó que Sydney es una ciudad “muy capitalista” en la que se pueden ver marcas y productos que en Argentina no se ven por cuestiones económicas. “Esos fueron los principales cambios, el idioma -por la pronunciación australiana- fue un desafío al principio, después me fui acostumbrando”, sumó.

Sin título.jpg

A casi un año de su llegada, logró un gran crecimiento dado que “uno se desafía en un montón de cosas” y debió entender y aceptar que al no ser el inglés su idioma natal, no siempre se está al 100% y recordó: “Al principio no entendía algunas cosas o no podía expresarse de la manera en la que quería hacerlo, pero a medida que fue pasando el tiempo, el inglés fue mejorando y uno se suelta un poco más. También siento que estoy un poco más abierto a otro tipo de culturas y otro tipo de cosas. Acá todo es muy distinto a Argentina y creo que hubo un gran crecimiento desde ese lado”, agregó.

“Otro de los puntos donde también crecí es que más allá de tener la misma chispa y calidez de siempre, me acostumbré, en cierto sentido, al desapego emocional. Uno conoce gente nueva todo el tiempo y hoy puedo decir ‘bueno nos volveremos a encontrar en otro momento, me encantó todo lo que vivimos y en otro momento nos encontraremos’, como me ha pasado”.

POR UN TERCER AÑO

Ya con la primera extensión aprobada, Ezequiel explicó que va por la segunda (extensión) que le permitirá estar un tercer año en Australia, aunque reveló que no sabe si la realizará en Airlie Beach o en otra ciudad. Una vez liquidada la segunda extensión, la idea es volver a establecerse, en una ciudad grande que podría ser Sydney por ser “bastante parecida a Buenos Aires” -ciudad en la que vivió los últimos años- o Melbourne.

Consultado sobre lo que extraña de su tierra natal, reconoció que es la comida: “no hay con qué darle, creo que la comida de Argentina es de las mejores que hay en el mundo. El asado, una provoleta. Pero más allá de eso, se extraña el juntarse con amigos, tener ese tipo de comida y disfrutar de las charlas. Los almuerzos los domingos en familia eran muy largos, empezaban a llegar a las once en tu casa, el asado estaba a las dos de la tarde, pero seguían hasta la merienda y era todo una movida. Eso es lo que más extraño, la onda, la gente, el humor argentino, la comida y la calidez humana que tenemos los argentinos”, subrayó.

Respecto a su profesión, el licenciado explicó que la biotecnología permite la mejora de algo que ya existe, a partir de la recombinación o modificación genética, tal y como sucede con ciertas plantas que son modificadas para que puedan absorber los metales del suelo dejándolo fértil para la siembra. Lo mismo ocurre con la medicina, se estudia al paciente a fin de determinar qué fármaco es más eficiente para este. “Ahora está un poquito más presente por todo el tema del Covid-19, la generación de vacunas es básicamente biotecnología, el PCR y todos esos términos se hicieron más conocidos, pero la biotecnología existe hace bastante tiempo”, señaló.

QUERIA SER VETERINARIO

“Cuando era chiquito quería ser veterinario, lo dejé porque me da cosa el apego con el animal, y el hecho de no poder salvar, por ejemplo, un perrito al que la familia está esperando y tener que decirles que no lo pude hacer. Por eso tampoco elegí medicina, que era otra de las carreras que pude haber elegido. Pero la biotecnología ayuda a la gente sin tener que involucrarse específicamente con la persona, entonces me empecé a meter un poco más y me encantó. Me di cuenta que era una carrera súper innovadora y está en todo el mundo”.

Además reveló que durante su adolescencia tuvo acné, lo que lo llevó a realizar un tratamiento durante un año y medio con roacután -isotretinoína-, tiempo en el que debió extremar los cuidados de la piel y una vez finalizado debió iniciar otro tratamiento de un año, para la recuperación de la misma. “Después de todo ese proceso mi piel estaba súper bien y no podía creer los cambios que había tenido. Que alguien que no me conocía y no sabía todo lo que había pasado me dijera ‘qué linda tenés la piel’ era como wow”.

También recordó que previo al tratamiento invirtió tiempo y dinero en productos que no le funcionaron y que es a raíz de ello que, inconscientemente, desarrolló Skin Care Gene (SCG), su mega proyecto de dermocosmética que presentó como tesis de la carrera en 2023. SCG evalúa al paciente y en función del tipo de piel y las necesidades de esta, se le recomiendan productos específicos que responden a sus necesidades.

Sin título.jpg

Sobre su futuro profesional, contó que le gustaría seguir en el ámbito de dermocosmética. “Me gustaría que tenga una pisca de biotecnología aunque no sé en qué. En Australia sería un poco más complicado, quizás en un primer momento me pueda meter más en el área de dermocosmética y después ver si voy más para lo biotecnológico”. Dado que su familia actualmente reside en España, también podría desarrollarse en Europa que la actividad es “mejor paga que en Argentina”.

Embed - Login • Instagram
View this post on Instagram

A post shared by (@ezearjona)

Consultado sobre los videos virales que invitan a viajar y cuentan cómo es vivir en el continente oceánico sostuvo: “Cada persona puede vivir experiencias distintas; en mi caso, mi experiencia ha sido buena. La realidad es que en estos momentos Australia es muy popular, está viniendo mucha cantidad de gente, lo cual lo hace ‘más complicado’ porque tenés más competencia a la hora de encontrar trabajo”, cerró.

Paula Boratti (periodista egresada de la Universidad Nacional de La Plata)

Fuente:

Notas Relacionadas

Dejá tu comentario

Las Más Leídas del Patagónico