Frankkystein: ritmos, palabras y rebeldía en la pista y en la vida

Desde sus inicios explorando la música hasta consolidarse en las pistas de Comodoro, Martina "Frankkystein" González Basiloff ha transitado un camino donde la autogestión, la comunicación y el arte se entrelazan. Técnica en Comunicación de las Organizaciones, DJ y gestora cultural, su historia es la de una creadora que encontró en la música un espacio de resistencia y transformación.

Las noches de Comodoro tienen su propia cadencia, pero cuando Martina González Basiloff, más conocida como "Frankkystein", toma la consola, el ritmo cambia, se vuelve más picante, más visceral. Entre beats de neoperreo, reggaeton, drill y trap, la DJ y comunicadora construye un espacio etéreo donde la música no es solo para bailar, sino también para ocupar y habitar. “No empecé a musicalizar con la idea de ser DJ. Fue una cuestión de necesidad, de decir ‘faltan pibas haciendo esto, vamos a hacerlo nosotras’”, cuenta con entusiasmo a El Patagónico.

Desde sus primeros pasos en la música hasta la actualidad, su historia es la de una artista en constante movimiento. “En casa la música siempre estuvo presente, mi vieja y mi viejo eran de escuchar de todo, y yo fui mamando eso desde chica”, recuerda. Con una adolescencia marcada por la búsqueda incansable de sonidos, descubrió en Internet un universo de posibilidades: “Pasaba horas en la computadora buscando bandas nuevas, y cuando YouTube te tiraba recomendaciones, me perdía en un hilo interminable de música”.

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Fue entre 2018 y 2019 cuando decidió pasar de la exploración a la acción. “Nosotras organizábamos eventos de mujeres, donde había poetas, cantantes, pintoras y siempre faltaba alguien que pase música, que maneje la consola de sonido. Solo conocíamos pibes que hicieran eso. Entonces, con una amiga (Lulú) dijimos ‘bueno, musicalizamos nosotras’”. Con la ayuda de un amigo, descargó Virtual DJ y aprendieron a usarlo la noche anterior a su primera presentación. Desde entonces, no paró.

Aun sin considerarse una DJ en el sentido estricto, Frankkystein entiende que su papel en la música es más amplio. “Me gusta pensar que musicalizando creo una atmósfera”, explica. Sus sets varían según el contexto: si bien su esencia está en el neoperreo y el reggaetón alternativo, también experimenta con otros géneros según la ocasión. “En Club Mamba, la fiesta que organizamos en 2024 en conjunto con Maitena Gallardo, una de las organizadoras de Fiesta Babas, puedo pasar la música que realmente me gusta, pero si estoy en un bar, me adapto. Me gusta curtir distintos estilos”.

FRANKKYSTEIN: UN NOMBRE CON HISTORIA

El alias que la identifica se fue incubando en la adolescencia donde adquirió la primera parte de su nombre artístico. “Un amigo empezó a llamarme Franky no sé por qué, cuando tenía unos 15 años, y el apodo quedó al punto de que ya nadie me conocía como Martina prácticamente”, cuenta.

Su madre, Moni, en tono de broma, comenzó a escribirle notas y mensajes firmados como "Frankystein", jugando con la referencia a Frankenstein y su apodo. “Me gustó el concepto y lo adopté. Abrí mi cuenta de Instagram y le puse ese usuario y desde esa época quedó”.

ARTE Y AUTOGESTION

La música es solo una parte de su identidad artística. Técnica en Comunicación de las Organizaciones y tesista en la carrera de Comunicación Social en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Frankkystein encuentra en la gestión cultural otro de sus motores. “Si no hubiese estudiado Comunicación, no sería la persona que soy hoy. Me abrió un mundo de posibilidades”, afirma.

Con esa formación, ha impulsado diversos proyectos autogestivos que combinan arte y política. Uno de ellos es "Casa Mostra", un espacio que está siendo gestado de manera colectiva y que verá la luz en breve. El mismo busca generar un entorno seguro para la expresión cultural y la reflexión. “Es una movida autogestiva con una lectura política. La idea es juntarnos, pensarnos, hacer cultura desde ahí”, adelanta.

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Desde sus inicios en la organización de eventos por el cupo femenino en los escenarios hasta su participación en festivales de la diversidad, Frankkystein ha sido parte de una escena que busca abrir espacios para artistas mujeres y disidencias. “El cupo femenino no se respeta al 100%, pero también es cierto que no hay tantas pibas en la escena. Necesitamos ocupar lugares, animarnos a estar”.

INFLUENCIAS Y REFERENTES EN LA ESCENA MUSICAL

Su estilo musical ha sido moldeado por referentes patagónico del neoperreo y otros géneros urbanos. “Me inspira mucho Tayhana, que tiene un sonido experimental y potente, y Aggromance, ambos son referentes, son de acá, del sur y eso es muy groso”, menciona.

También sigue de cerca el trabajo de Orfigyal, Dj Lizz y Anarquía. “Ahora estoy embebiéndome mucho del estilo latincore o latin club, y siguiendo movidas a nivel nacional como Hiedrah Club de baile y a nivel un poco más latino la Chismoteka”.

En cuanto a la escena local, Frankkystein destaca a artistas de Comodoro Rivadavia que han captado su atención. “Nico Nafarrate me encanta, lo que hace es impresionante. También Deina, que está haciendo cosas muy copadas en el mundo DJ. Los Hostile (Mad Wave) me parecen una banda con un sonido muy fresco y Gisel Hernández en lo referente al mundo fanzine”.

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ESCENARIO POLITICO

Para Frankkystein, la cultura y la política están estrechamente vinculadas. “El panorama actual es preocupante. Nos están quitando derechos y atacando espacios culturales, pero la respuesta tiene que ser organizarnos más, hacer más ruido, ocupar más lugares”.

Recuerda la resistencia cultural durante el gobierno de Mauricio Macri: “Cuanto más achicaban la cultura, más grande la hacíamos. Eso es lo que hay que hacer ahora, más festivales, más movidas autogestivas, más espacios para la cultura independiente”.

“Siempre aposté por la autogestión porque te permite independencia y creatividad. No dependés de nadie, te organizás con tu gente y hacés que las cosas pasen”, explica.

ESCRITURA Y EXPLORACION ARTISTICA

Además de su faceta musical y de gestión, la escritura ha sido otro pilar en su vida. “Escribo desde que tengo memoria”, dice. Ha publicado fanzines como De amor y otras cumbias, una recopilación de relatos y poemas que surgieron en pandemia.

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También ha participado en lecturas en eventos culturales y sigue explorando la poesía y la literatura como formas de expresión. “Siempre estoy leyendo algo, poesía, sobre todo. Cristina Pérez Rossi, Susy Shock, Alejandra Pizarnik”, son algunas de sus influencias.

¿EL FUTURO?

Pensar en el futuro no es algo que le resulte sencillo. “Me cuesta proyectarme a largo plazo, pero sí sé que quiero seguir creciendo, seguir creando”, dice. Entre sus planes está consolidar Casa Mostra junto a sus amigas y compañeras, revivir Club Mamba, seguir explorando la performance en la música (como lo hace en la Fiesta Babas o en participaciones en Área 69 de Caleta Olivia) y con la autogestión como bandera inclaudicable. “Me encantaría ver más cuerpos moviéndose en la escena local. Quiero que la fiesta también sea una perfo”, sentencia.

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