Liberaron al detenido por 23 días sin pruebas

La botella con nafta por la que acusaban a Nicolás Heredia no tenía sus huellas dactilares.

Nicolás Heredia, el joven brigadista acusado falsamente por comenzar los incendios en Mallín Ahogado --Río Negro-- y por "tener cara sospechosa" según un fiscal, fue liberado este viernes luego de 23 días detenido en el establecimiento de Ejecución Penal Nº 3 de Bariloche. Su detención se demoró insensiblemente, en teoría a la espera de que avanzara la investigación que definiera su culpabilidad o no en los incendios.

El joven proveniente de Senillosa, Neuquén, disfrutaba de sus vacaciones en Río Negro y fue detenido el miércoles 5 de febrero al estar cerca de los incendios mientras ayudaba a combatirlos en Mallín Ahogado. Su detención no duró lo mismo que la de los de otros acusados, por lo que se criticó la arbitrariedad de la misma al conllevar tintes racistas. Nelson Vigueras, el abogado defensor, presentó pedidos para liberarlo de la prisión preventiva ya que no había pruebas en su contra y es un hombre con trabajo y domicilio declarados.

APREMIOS ILEGALES

Este viernes el letrado volvió a pedir el cese de la detención de Heredia, tras ser peritados su teléfono celular, una mochila y una botella de combustible que encontraron cerca de él. Al determinar que no estaban las huellas del acusado en la botella, decidieron devolverle la libertad.

En declaraciones a la radio AM 750, Nicolás Heredia dijo que pasó "de estar colaborando a estar en cana y ser tratado como un delincuente". Comentó que fue a buscar comida para llevar a quienes colaboraban en extinguir el incendio, y fue engañado para ser llevado hasta la policía y ser acusado falsamente. "Vos estás en cana porque fuiste a prender fuego", contó que le dijeron, a lo que él respondió que estaba colaborando.

Una vez detenido, estuvo dos días en la Comisaría de Nahuel Huapí y en una noche lo trasladaron a la pensión de Bariloche. Nicolás contó "me metieron a una celda con 3 pibes ya condenados y me tiran un colchón". También describió que "el lugar era muy chico", por lo que "no teníamos espacio". Allí contó que vio "cosas gravísimas, he visto gente apuñalada, gente pegándose" y que lo insultaron los guardacárceles del penal.

Los maltratos empezaron al ingresar. "Ni bien entré ya me andaban pegando", dijo Heredia. Además, señaló que "la gente que prendió fuego está en libertad".

"Las condiciones han cambiado", aseguró el fiscal Francisco Arrien, aunque solicitó que Nicolás Heredia se presente cada 15 días en una Comisaría en Senillosa hasta el mes de junio. Recién terminada la audiencia donde lo liberaron, Página/12 se comunicó con Mirta Sandra Gramajo, la madre de Nicolás Heredia. "Recién terminó la audiencia, me trajeron al penal y estoy esperando que lo liberen a mi hijo e irnos para Senillosa", luego de "la pesadilla que yo viví desde el día 5 de febrero".

Mirta describe a su hijo, Nicolás, como "una muy buena persona, siempre fue colaborador. Es re solidario. Mirá, estaba ayudando a apagar el fuego y él fue a conocer El Bolsón. Se juntó con otro amigo y le dice `vamos a ayudar´, y se fue".

SOLO ESTABA AYUDANDO

La madre contó que el martes 4 de febrero (el día anterior a la detención), su hijo estuvo todo el día trabajando junto a otros brigadistas y no tenían comida, por lo que organizaron que para el miércoles 5 de febrero Nicolás fuera a buscar algo para comer. Cuando él iba a volver se subió a la camioneta de un hombre que, acusándolo falsamente, lo entregó a "los milicos". La mujer también narró paso por paso cómo fue ese momento: "otro hombre lo cargó en su camioneta, le dijo `che, flaco, subite que vamos allá´. Él pensaba que lo iba a llevar a donde estaban los compañeros para llevar la comida, y no. El otro fue y lo entregó a la policía. Es como que fue todo planeado".

Aseguró que Nicolás "la pasó mal, estuvo 23 días detenido", pero insistió desde el primer momento en que "mi hijo es inocente" y no se explica todavía "por qué hay dos fiscales que se cizañaron con él", criticando profundamente la labor de Francisco Arrien y Martín Lozada, quien señaló a Heredia por "tener cara sospechosa".

Luego de la reciente liberación de Nicolás, Mirta contó que su hijo "está renervioso", que quiere dormir "porque en el pabellón donde estaba no dormía", y destacó el maltrato policial que tuvo en las dos comisarías donde lo fueron trasladando hasta llegar al pabellón donde "estaba con tres pibes condenados y él era inocente".

Sobre su estadía en el penal se lamentó: "¿cómo me lo van a tirar ahí? Él estaba en el piso, no tenía nada". Además aclaró que él "no tenía por qué estar en un penal, tenía que estar en una Comisaría en realidad" y agregó que "lo golpearon y le quitaron sus cosas", criticando el manejo de las fuerzas de seguridad de Río Negro.

¿HUBO MOTIVOS RACISTAS?

También deslizó que entiende que la detención puede haber ocurrido por motivos racistas. "No soy una persona rica, somos humildes. Soy mamá viuda de 6 hijos", sentenció Mirta, que aclaró que su hijo estaba allí de vacaciones porque todavía "no conocía" el lugar. Mencionó que se molestó por las preguntas que le hicieron estas semanas sobre si le habían pagado para que su hijo incendiara el lugar.

"¿Cómo me van a preguntar eso si él fue a conocer?", se quejó y argumentó: "¿cómo vamos a pensar en la plata si hizo changas para llegar a El Bolsón?". A su vez afirmó: "si fuera rica, yo tendría que tener un abogado, ¿no? Un buen abogado, y no haber vivido el calvario que viví".

A raíz de la detención de su hijo, Mirta reflexionó sobre la Justicia. "Yo, a esta altura, no voy a creer nunca más en la Justicia. Si te estoy diciendo que mi hijo es inocente. Esa botella no era de él, que lo dijo de entrada cuando lo agarraron. Y siguieron porfiando, siguieron porfiando y no lo soltaban".

También se animó a preguntarse "si ya no es el chico que era" previo a la detención arbitraria, al maltrato policial y el injusto encierro porque era una persona que "nunca desconfió de nadie y hacía todo siempre con respeto".

Ella misma contó que se enteró un día después de la detención "porque ni siquiera fueron capaces de llamarme, no le dieron ni un permiso para que me llame". Mirta se enteró el jueves 6 de febrero "en las redes sociales", pero hasta ese momento "no sabía nada de nada". Sin embargo, todavía se pregunta "¿por qué tiene que seguir firmando cada 15 días en la Comisaría de Senillosa? Si él es inocente, no entiendo".

Por último, agradeció a la sociedad de Senillosa porque "hay gente que colaboró con donaciones de plata" para que Mirta pudiese viajar a Bariloche para llevarle comida a su hijo: le hacía falta "porque me lo tenían acá como un perro en el penal", y también para "comprarle ropa", ya que en las comisarías por las que fue pasando, le quitaban sus pertenencias. "O no tienen hijos o pensarán que nunca van a pasar una situación de esas", consideró Mirta respecto a la violencia institucional.

Fuente: Página 12

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