"Si hubiera sido un accidente, lo primero que se hace es buscar ayuda"

Así lo manifestó la fiscal Andrea Vázquez en relación a la muerte de Segundo Quilodrán en una estancia de Ricardo Rojas y por el cual está detenido Carlos Omar Llaipén.

La fiscal Andrea Vázquez, desde Sarmiento, aportó nuevos elementos que se suman a la investigación del homicidio ocurrido en Ricardo Rojas el domingo 16 de marzo.

En principio, admitió las dificultades de comunicación existentes en el lugar y las limitaciones que esto implica en el proceso de investigación. “La versión fue cambiando en la medida que nos íbamos acercando al lugar. Ahí era otra la historia”, admitió.

Confirmó que el hecho ocurrió en un establecimiento ganadero a 50 kilómetros del límite con Chile. “Es en el medio de la nada misma ya que todo sucedió, no en el casco de la estancia sino a dos kilómetros del mismo en línea recta. Es una parte del campo donde no hay nada, solo una lomada y un cañadón pero no hay puestos, ni ninguna dependencia de la estancia”.

UN CAMPO DEL IMPUTADO

Indicó que el sindicado como asesino es el dueño del establecimiento y que la víctima era de Río Mayo y que en principio, no conocía el lugar pero había sido contratado por el dueño de un campo cercano. “Este muchacho, junto a otros dos, iban a hacer un trabajo para este hombre. Se encontraba en las tierras del señor Carlos Omar Llaipén quien es el que dispara, dando muerte a Segundo Quilodrán que iba en moto y recorría el campo porque su tarea era la de arrear yeguas y caballos hasta un corral que estaba situado en la parte alta”.

“Se separó con la moto y después Quilodrán no aparece y no regresa. Lo salen a buscar alrededor de las seis de la tarde; la persona que lo contrató y no lo encontraron. Permanecieron sin localizarlo hasta la medianoche. Cuando retomaron la búsqueda, divisaron que estaba la moto y Quilodrán tirado en una zona donde no hay camino. Vieron que tenía sangre, por lo que se retiraron y fueron hasta otra estancia para llamar a la Policía y al puesto sanitario. Hasta ahí se pensaba que se había caído de la moto y había sido un accidente”, remarcó la fiscal.

Indicó que con el correr de las horas se pudo establecer que mientras la Policía relevaba la zona del presunto accidente, Llaipén quien vive a dos kilómetros en línea recta dijo que le había disparado en el pecho con un rifle 22 e inclusive amenazó a quienes se encontraban junto a los efectivos. “A vos te va a pasar lo mismo”, intimó el presunto autor material. “La Policía lo aprehende y al pasar por su casa hizo entrega del arma que habría utilizado”.

La fiscal Vázquez reconoce que en la zona del incidente fatal “no hay alambrados” y que Quilodrán tenía un desconocimiento del lugar ya que asistía al lugar por primera vez. “No conocía de quién era cada campo, fue a trabajar y desconocía esto; que el campo no era de la persona que lo contrató porque ambos estaban pegados y eran linderos”.

La fiscal sostuvo que surgió del acta oficial de los dichos de un testigo y de los efectivos intervinientes que Llaipén no reconoció al disparo como “accidental” y que asumió la responsabilidad de haber utilizado el arma.

“La persona muerta no tenía arma, ni cuchillo. Solamente su moto y su casco. Sabiendo lo que estaba haciendo, Llaipén lo mató y lo dejó tirado como una “cosa”. El herido se desangró ahí, el disparo le perforó la arteria aorta y nunca le prestó auxilio. Simplemente se fue a su casa. Lo encontraron al día siguiente otras personas. Y no él. Nunca se acercó y si lo hizo, nunca hizo nada”, explicó Vázquez en diálogo con Jornada Radio.

“Si hubiera sido un accidente, lo primero que se hace es buscar ayuda” resumió la fiscal que investiga éste caso, negando por completo la versión de un posible accidente. Remarcó que Llaipén lo sorprendió en “el medio de la nada” a él que iba con su moto que además quedó en primera velocidad, lo que determina que iba despacio. Actuó sobre seguro, sin ningún riesgo para él y con un arma con mira telescópica”.

UNA PERSONA SOLITARIA Y CONFLICTIVA

Agregó que el presunto autor no registraba antecedentes pero que sí pesaba sobre él la denuncia de una vecina, por una diferencia con una tranquera. “Eso se había resuelto mediante una solución alternativa de conflictos. No tenemos el Registro Nacional de Reincidencia pero dentro de nuestro sistema del MPF no registra antecedentes”.

Describió a Llaipén como una persona “conflictiva” y que hacía mucho tiempo que no “bajaba” al pueblo. “Algunos dijeron que desde hacía diez años. Tenía una sobrina que solía llevarle comida pero no era una persona que tuviera contacto con gente en Ricardo Rojas. Y en el campo vivía solo”.

La causa está caratulada como “homicidio agravado por alevosía y por el uso de arma de fuego”, que en una primera instancia fue objetada por el abogado defensor. “Se pidió la prisión preventiva por el peligro de fuga. Hay una sospecha razonable de la autoría. La cercanía del límite con Chile y como vive hace 45 años en el campo hacen que conozca la zona de memoria. No hay señal, no hay caminos y tranquilamente podría esconderse, irse a Chile porque no tiene ningún lazo afectivo y las penas que se esperan son altas y son graves”, finalizó.

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