Aylén Fernández pertenecía al grupo más cercano a la víctima y compartía a diario con los dos. Según dijo, la relación de ellos era “un vínculo tóxico en el que ella terminaba complaciéndolo a él” y aseguró que “el tope de toxicidad de parte de Néstor” se dio cuando Catalina, unos meses antes de ser asesinada, inició una relación de noviazgo con Ezequiel García. Agregó además que ella manifestaba su preocupación y hartazgo por el comportamiento de Soto.
Catalina Rizzi, otra amiga de ambos, declaró que primero fue amiga de Soto y luego de Catalina, pero con el tiempo la relación con el femicida se fue extinguiendo porque se dio cuenta a tiempo de que “no era saludable”, según describió El Doce TV.
De los testimonios de ambas se desprendió de que Soto tenía en su departamento una pizarra en la que llevaba un completo cuadro de horarios de sus amigas, a las que solía presionar para juntarse de a dos, obviando los encuentros con el grupo completo de amistades.
Tatiana Ceballos, otra compañera de la facultad, reveló que Soto tenía un comportamiento obsesivo y controlador, a la vez que ejercía violencia psicológica sobre la mayoría de los integrantes del grupo de amistades.
Además, vía Zoom desde Bariloche, declaró Aldana Riquelme, compañera desde preescolar hasta la secundaria de Soto en las escuelas de Bariloche. Manifestó que fue víctima de bullying durante sus años por parte de Soto y que además, después de lo sucedido, conversó con excompañeras de escuela y éstas le manifestaron que durante el tiempo escolar fueron acosadas por mensajes por parte de Soto.
Está previsto que este viernes cierre la ronda de declaraciones testimoniales y se espera con expectativa la decisión que tomará el acusado junto a su defensa en torno a una posible declaración indagatoria.