“Yo te voy a enseñar hijo de p.., rastrero hijo de mil p.. te voy a enseñar a que no te metas más acá, rata inmunda”, fue la amenaza de un vecino de Río Gallegos a un joven que, minutos antes, había entrado a su casa para robarle por tercera vez en la misma semana.
Junto a otros vecinos, lo sorprendió cuando intentó ocultarse en el baño de su casa y lo sometieron a una feroz golpiza.
La Opinión Austral tuvo acceso al registro fílmico que no dura más de 12 segundos, pero en donde se puede apreciar cómo el delincuente terminó con su rostro, sus manos y sus prendas de vestir cubiertas de sangre.
El principal protagonista de esta historia es “el terror del barrio”, identificado como J. Bosca, quien junto a su hermano han cometido una serie de robos en la zona aprovechando las horas en que las viviendas están deshabitadas.
“Su hermano ya está más calmado pero éste sigue en la misma”, fue la declaración de una alta fuente investigativa que, de un tiempo a esta parte, sigue los pasos de Bosca y de la banda que conforma.
Según se pudo saber, a J. Bosca también se lo involucra en el robo de pertenencias de la casa de Eleonora Raffo, la vecina que había sido encontrada muerta en su vivienda y de donde una banda de ladrones se había llevado desde muebles hasta instrumentos musicales, en noviembre del 2024.
En la semana que pasó, el sujeto en cuestión ingresó a una casa de la calle Olegario Sierpe, vio que no había moradores y se llevó, según el parte policial tras la denuncia realizada por un vecino, algunas ollas Essen. Ingresó al domicilio por una ventana pequeña de un dormitorio. Todo ocurrió a plena luz del día.
Los vecinos sufrieron el mismo hecho dos veces más. Como se dice, “la tercera es la vencida“.
Casi paradójicamente, Bosca sufrió una emboscada por parte de las víctimas que lo sometieron a golpes de puño en el baño hasta dejarlo casi inconsciente. En el video, se puede apreciar que el joven ladrón intenta articular un pedido de clemencia,
Finalmente, fue trasladado al Hospital Regional donde le certificaron lesiones por algunas fracturas. Más allá de eso, quedaría en libertad.
Fuentes consultadas indicaron que, tanto él como el hermano tienen problemas de adicciones y esta sería la razón por la que siempre terminan fijando domicilio y siendo liberados.
Vecinos de la zona hicieron público el hecho y, a través de las redes sociales, comentaron cómo es el modus operandi de la banda: “andan aplaudiendo afuera de las casas de gente trabajadora. Si nadie responde, ellos se mandan“, indicó un usuario anónimo a través de una conocida página de denuncias públicas en Facebook.
Fuente: Diario La Opinión Austral